Necrópolis
Vamos a hablar de cómo los íberos enterraban a sus muertos. Igual que nosotros tenían cementerios que reciben el nombre de necrópolis. La palabra necrópolis quiere decir ciudad de los muertos. ¡Qué siniestro! ¿No?
En Coímbra del Barranco Ancho hay tres necrópolis (¡¡menudo lío para encontrar a tu muerto!!).
En ellas se hacía antiguamente el rito funerario (como una misa). La ceremonia para enterrar a un fallecido es la siguiente:
- Primero se hace una cremación, y digo yo, ¿qué es una cremación? Era que incineraban al fallecido, para el que no se haya enterado aún, ¡¡¡¡ qué quemaban al muerto!!!! Era un proceso que tardaba bastante ya que tenían que quemar al fallecido en una hoguera con madera (un día o dos). ¡Qué peste! menos mal que se alejaban un poco del poblado para hacerlo) (¡jijijijijiji!)
- En cuanto del fallecido solo quedaban las cenizas y algún hueso se recogían esos restos y se enterraba a el fallecido con sus pertenencias. Esas pertenencias tienen nombre ajuar funerario como (los hombres se enterraban con armas, algunos con sus caballos etc. Las mujeres sus joyas, sus objetos para coser, cacharros de cocina etc.)
- Entonces se celebraba el entierro o rito funerario que consistía en que se enterraba al muerto después de una ceremonia. Como había ricos y pobres y a los ricos se les ponían estelas funerarias , es decir, lápidas para entendernos, con esculturas de animales (toros, vacas, caballos) y a los pobres no se les ponían decoraciones (ni toros, ni vacas, ni caballos) (era mucho más difícil encontrar al muerto, jejeje...)
Y eso es todo.